jueves, 29 de mayo de 2008

661

¿hay algo más bizarro que un viaje granada-madrid, de madrugada, en un autobús clase supra escuchando, entre otras, la novena sinfonía de beethoven?

sí: el mismo viaje en el recorrido opuesto, en un autobús de clase normal, por la mañana, después de haber pasado la noche sin dormir, escuchando cómo un locutor de onda cero narra los acontecimientos de la carga de la brigada ligera... y de postre, bartok -cuatro horas de vuelta y vuelta a diversas piezas de béla bartok-. desde luego, alsa tiene un gusto exquisito a la hora de elegir sus hilos musicales.



la carga de la brigada ligera es otra de esas épicas historias verídicas de pocos soldados contra muchísimos que ponen en alza su valor -de los soldados- de igual manera que evidencian el sinsentido y la absurdidez de la guerra. pongámonos en situación:

hacia 1850, el imperio otomano estaba en recesión. ya habían perdido los balcanes. otro imperio, el ruso, estaba en auge y expansión. el zar nikolai i quiso avanzar las tropas a las fronteras por si caía la breva, y no se le ocurrió una excusa más tonta para hacerlo que solicitar a los otomanos la custodia de los santos lugares de oriente medio. y es que esa región siempre ha sido, y lo será mientras pervivan las tres religiones semíticas, fruto de deseo y origen de guerras.

intuyendo las intenciones del zar, los turcos dijeron que nanai de la china. en esa coyuntura, los franceses, que siempre están a la que salta, pidieron también para sí la custodia de estos lugares, y los otomanos se la concedieron. estalló entonces la guerra de crimea. de un lado rusos, y de otro turcos y franceses, a los que pronto se sumaron los ingleses por intereses estratégicos -asegurar el paso hacia su principal colonia de la época, la india-. y fueron precisamente los ingleses los protagonistas de este -cuanto menos- curioso episodio.

el 25 de octubre de 1854 tuvo lugar la batalla de balaklava. a primera hora de la mañana, con una niebla que no dejaba ver la punta de la nariz, el ejército ruso atacó por sorpresa los destacamentos de la alianza otomano-franco-británica. hizo gran daño en los destacamentos francés y turco. sin embargo, la caballería pesada inglesa, el brazo fuerte de su ejército, respondió bien. abrió una brecha en el frente ruso y los hizo retroceder.

alrededor de las once de la mañana, los británicos tenían la batalla casi ganada. sin embargo, los rusos empezaron a efectuar unos movimientos que desconcertaron a lord raglan, el comandante en jefe del ejército británico: empezaron a retirar los cañones de los destacamentos turcos que habían tomado. ante la presteza y la incertidumbre, tuvo que tomar una decisión precipitada. envió entonces, a través del capitán nolan, correo, un mensaje a lord cardigan, general de la brigada de caballería ligera, que a él, en el momento de emitirlo, le pareció bastante claro: "que la caballería avance rápidamente hacia adelante, persiga al enemigo, e intente impedir que retire sus cañones. la artillería montada puede acompañarle. la caballería francesa se encuentra a su derecha. inmediato."

sin embargo, al parecer, a lord cardigan no le resultó tan claro el mensaje, lo malentendió, y tomó otra decisión precipitada. reunió a sus seiscientos sesenta hombres y, encabezándolos, cargó directamente y a pecho descubierto contra la artillería pesada del núcleo del ejército ruso -en vez de contra los puestos turcos que habían tomado los rusos-. seiscientos sesenta y un dragones ligeros, lanceros y húsares cabalgando por un kilómetro y medio de corredor de cañones enemigos a ambos flancos, contra un frente de 5.240 soldados de infantería pesada y más de cincuenta piezas de artillería pesada. casi doscientos hombres murieron y otros tantos resultaron heridos. muchas más fueron las bajas entre las monturas. al final de la carga, de los 661, sólo quedaron vivos y a caballo algo más de cien. sin embargo la batalla concluyó en victoria para los aliados.

¿una gesta épica y gloriosa? sí, puede ser. pero también absurda e inútil. ése es el espíritu de la guerra: el sinsentido y la ceguera del orgullo.

al poco tiempo, lord alfred tennyson inmortalizó el episodio en un poema llamado la carga de la brigada ligera de cuyos versos cabe destacar los siguientes:

¡adelante, la brigada ligera!
¿alguno desfalleció?
no aunque el soldado supiera
que alguien cometió un error,
no era cosa suya replicar,
ni preguntarse el por que,
solo cumplir con su deber y morir
en el valle de la muerte
cabalgaron los seiscientos.

ese es el sinsentido de la guerra: matar o morir... porque sí, porque alguien de arriba lo ha dicho.

más información en la wikipedia.
música: sonata para violín, primer movimiento, ciaccone; béla bartok.
imagen: carga de la brigada ligera; richard caton woodville.

4 nihil obstats:

Isthar Art dijo...

Cómo se culturiza mi rey en los viajes :D ais, no estoy segura de querer sacarme el carnet, las cosas que nos vamos a perder cuando vayamos aburguesados en nuestro coche, sin oler el sudor de nadie, con la temperatura exacta (ni frío, ni calor) y escuchando lo que queramos...
Qué emocionante es el transporte público!
Te amo mi cielo. Lyn!

nihillo dijo...

realmente he de reconocer que me gusta el transporte público. lo único que, pues sí, tiene sus inconvenientes: dependes de horarios, de disponibilidad de plazas, si va muy petado no puedes ir a tus anchas... pero no sé, a estas alturas creo que le he cogido cariño. eso sí, ya nunca me dejaré los cascos olvidados en casa XD.

lyn

JT dijo...

Stiassss... ¿en serio ponen a Béla Bartok en los autobuses? Caraajo, qué nivel. No conozco mucha gente capaz de disfrutar realmente esa música.

Jeje, me ha hecho gracia tu blog, por el aspecto es casi el negativo del mío ;)

Voy a pasearme un rato por aquí.

nihillo dijo...

jeje, claro, tú mucha sostenibilidad, mucha ecología... pero te olvidas de lo que más energía gasta hoy día: LOS PÍXELES!!

no, ya en serio, no sé, me gustan las combinaciones de negro y blanco -que predomine el negro- y, además, creo que es más relajado para la vista así.

en cuanto a lo otro, yo me quedé igual de impactado. lo realmente chungo es cuando te ponen a jiménez losantos (o como se escriba), que también me ha ocurrido otras veces. ahí dan ganas de coger el martillito ese que dicen que es capaz de romper el cristal, y tirarse del autobús en marcha XD



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