jueves, 31 de julio de 2008

por fin he encontrado la relación más íntima entre arquitectura y música

escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura. frank zappa.
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jueves, 24 de julio de 2008

frase del día y para el resto de la vida

da igual cómo lo hagas. hazlo.

no sé quién dijo esta frase, ni me importa demasiado. en ella se resume la esencia de la filosofía punk.
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lunes, 21 de julio de 2008

los hijos de... sus hijos

hace un par de meses veíamos esto en la tele:



hoy, en cambio, vemos esto:



a cuento de esto.
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nasija



Nasija
Cargado por short_film
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sábado, 12 de julio de 2008

la historia de las cosas



sin comentarios.

the story of stuff
, annie leonard
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domingo, 6 de julio de 2008

en-cerrado por vacaciones

en esta habitación me pasaré los próximos dos meses (posiblemente tres).


y con estos objetos y bichos haciéndome compañia. de izquierda a derecha:
  • perro porculero y cansino. en su vida anterior fue un gremlin, por eso lo llamamos así. una vez le dimos de comer después de las 12, y desde entonces vive en estado de hiperactividad permanente. está sucio, pero no nos fiamos de bañarlo, no sea que se convierta en un monstruo. su mayor vicio es estar constantemente intentando subirse al regazo y lamer la cara de aquél que le haga un mínimo de caso. si te pilla descalzo te lame los pies y luego se tumba panza arriba para que le rasques. si lo dejas dormir dentro, da igual en qué idioma le digas que no, que al final se sube a la cama, y al primer rayo de sol te despierta a lametazos.
  • calle. inaccesible para mí. parra y diversas plantas florales que cuida con esmero la tía filomena, que vive enfrente.
  • 13 rue del percebe, una de esas casitas de colgar en la pared en las que se colocan figuritas.
  • dormitorio de los sobrinos (cuando vienen, los fines de semana).
  • apuntes de instalaciones 1.
  • flexo. para no quedarme más ciego de lo que estoy.
  • ordenador. bastante importante.
  • gafas. ya sirven de poco.
  • disco duro. es como tener juntos los dos ordenadores, el portátil, y el fijo, que no me lo pude traer de granada.
  • incendio en potencia. es lo que tiene tener sólo un enchufe a mano.
  • router. imprescindible.
  • luz roja del router que indica que la línea no funciona. sólo se pone verde durante 10 minutos al día.
  • tele. a veces está bien, aunque ya no me acuerdo de cómo se enciende.
  • cd con cosas de instalaciones 2.
  • chimenea. hace tiempo que no se enciende.
  • pasillo hacia el cuarto de baño y el dormitorio.
  • diversos cuadros florales muy bonitos según mi madre.
  • caja de patatas, probablemente del huerto de la tía filomena.
  • bodega. prohibido el paso a mujeres con la menstruación (o eso dicen) y a propensos a la ingesta masiva de alcohol.
  • nevera. surtido de pastelitos, refrescos y zumos.
  • bolsa con chucherías.
  • escaleras hacia el resto de la casa, donde me dan de comer y me lavan la ropa.
  • mesa de camilla. sobre ella, diversas cosas, entre ellas, las cámaras.
  • sofá. de vez en cuando está bien tenerlo a mano.
  • mueble en estilo provenzal con las cosas que no caben en el mueble estilo provenzal del salón principal, arriba.
  • apuntes de instalaciones 2.
  • apuntes de estructuras 2.
  • apuntes de estructuras 3.
  • apuntes de mecánica del suelo y cimentaciones.
  • apuntes de construcción 4.
  • otra vez la puerta de la calle, y el gremlin llamado perro.
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sábado, 5 de julio de 2008

los tres errores de mi viaje a ítaca

- emprendí mi viaje hacia ítaca. mis instrumentos de navegación fueron una rosa y un compás. al principio no supe qué hacer con ellos. así es que los llevé cogidos en la mano. nada tienen en común una rosa y un compás, salvo una cosa, la más letal: ambos pinchan. por eso, al cabo de un tiempo -con las manos ya ensangrentadas y doloridas- decidí guardarlos en la mochila.

un amigo me aconsejó que procurara que mi viaje fuera largo, que visitara las ciudades de egipto y me detuviera en los mercados de fenicia. y así lo hice.

mas de tal forma me atraparon y me absorbieron los encantos de esos mercados, que no supe salir de ellos. entonces fui a echar mano, de nuevo, de la rosa y el compás. pero la rosa se había marchitado, y el compás, del cual no limpié el sudor de mi mano antes de guardarlo, se había oxidado. creía estar perdido para siempre en fenicia.

por suerte, puede cambiar algunas otras cosas que llevaba en la mochila -un libro de poemas, una harmónica y un pincel- por una rosa y un compás nuevos.

pero, justo cuando estaba a punto de cerrar el trato, lo vi: un mapa que marcaba el camino hasta ítaca.

con la ayuda del mapa, conseguí volver a mi barco. seguí la línea roja dibujada en él, durante trece días de navegación. cuando llegué al punto marcado, sólo había agua. o me habían engañado con el mapa, o me había equivocado en algún momento en el rumbo, o, tal vez, ítaca simplemente no existe.


- tal vez sean un poco las tres cosas. verás, chico, ítaca no está en un lugar determinado. cada cual la encuentra en un sitio distinto. por tanto, no se puede localizar en ningún mapa. ese mapa que tú tienes sólo es válido para aquél que lo dibujó. es un iluso, y es obvio que no aprendió nada en su viaje, si cree que puede marcar el camino hacia ítaca a otras personas.

por otro lado, dime, ¿qué técnicas utilizaste para guiarte con el mapa?


- utilicé los conocimientos que adquirí en alejandría sobre las estrellas, señor.


- te das cuenta entonces de cuánto es importante lo que aprendas por el camino. te das cuenta, joven, de que lo realmente importante en tu viaje no es en sí llegar a ítaca, sino el camino, lo que aprendas en él, porque eso te llevará a buen puerto, te llevará a ítaca.

si con eso que aprendiste no has podido llegar, es porque entonces te falta mucho por aprender, mucho camino por recorrer. debes procurar que tu camino sea largo, como te dijo tu amigo, pero, por largo que sea, nunca pierdas de vista cuál es tu destino: ítaca.


- pero entonces, ítaca sí que existe. dijiste que si no la había encontrado era un poco por cada uno de los tres errores que yo barajaba.


- chico, eres aún bastante joven. con el tiempo aprenderás que nunca podrás encontrar ítaca en el mar, si no la encuentras primero en tu corazón. de igual modo que te dijeron que nunca me encontrarías a mí si no era tu alma la que me invocaba ante tí, ítaca nunca existirá si no existe primero en tu interior.


- pero mi espíritu es débil, señor, no es capaz de materializar islas en medio del mar.


- si fueras débil no habrías sido capaz de llegar hasta aquí. la debilidad no es una excusa. es sólo cuestión de tiempo, y de que tu camino sea largo.


- y, si el camino es tan largo, ¿cómo puedo estar seguro de que nunca olvidaré mi objetivo?


- ¿no te has preguntado para qué sirven la rosa y el compás? pues precisamente para eso: las espinas de la rosa, el dolor que te causan en la mano, hará que nunca te olvides de que debes llegar a ítaca. el compás deberías poder utilizarlo para trazar tu recorrido en el mapa, pero, además, con sus puntas podrás extraer las espinas que se te queden calvadas. da igual que esté oxidado, o que la rosa esté marchita. te seguirán valiendo.


entonces, el magnánimo ser me devolvió también el libro de poemas, la harmónica y el pincel y dijo:


- toma. nunca vuelvas a desechar nada de lo que tomes por el camino. seguramente algún día te servirá para algo. tal vez para encantar a alguna sirena, o para amansar a un cíclope.

por último, te pediré que no le cuentes a nadie que he sido benévolo contigo. diles que soy despiadado, colérico y feroz. si no, me buscarían a mí en lugar de buscar ítaca.


y se volvió a sumergir en las aguas, como si nada de aquello hubiese ocurrido nunca.


inspirado en el poema ítaca, de konstantinos kaváfis.

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miércoles, 2 de julio de 2008

higiene genital



luego nos escandalizamos porque los censuren en polonia.
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