sábado, 5 de julio de 2008

los tres errores de mi viaje a ítaca

- emprendí mi viaje hacia ítaca. mis instrumentos de navegación fueron una rosa y un compás. al principio no supe qué hacer con ellos. así es que los llevé cogidos en la mano. nada tienen en común una rosa y un compás, salvo una cosa, la más letal: ambos pinchan. por eso, al cabo de un tiempo -con las manos ya ensangrentadas y doloridas- decidí guardarlos en la mochila.

un amigo me aconsejó que procurara que mi viaje fuera largo, que visitara las ciudades de egipto y me detuviera en los mercados de fenicia. y así lo hice.

mas de tal forma me atraparon y me absorbieron los encantos de esos mercados, que no supe salir de ellos. entonces fui a echar mano, de nuevo, de la rosa y el compás. pero la rosa se había marchitado, y el compás, del cual no limpié el sudor de mi mano antes de guardarlo, se había oxidado. creía estar perdido para siempre en fenicia.

por suerte, puede cambiar algunas otras cosas que llevaba en la mochila -un libro de poemas, una harmónica y un pincel- por una rosa y un compás nuevos.

pero, justo cuando estaba a punto de cerrar el trato, lo vi: un mapa que marcaba el camino hasta ítaca.

con la ayuda del mapa, conseguí volver a mi barco. seguí la línea roja dibujada en él, durante trece días de navegación. cuando llegué al punto marcado, sólo había agua. o me habían engañado con el mapa, o me había equivocado en algún momento en el rumbo, o, tal vez, ítaca simplemente no existe.


- tal vez sean un poco las tres cosas. verás, chico, ítaca no está en un lugar determinado. cada cual la encuentra en un sitio distinto. por tanto, no se puede localizar en ningún mapa. ese mapa que tú tienes sólo es válido para aquél que lo dibujó. es un iluso, y es obvio que no aprendió nada en su viaje, si cree que puede marcar el camino hacia ítaca a otras personas.

por otro lado, dime, ¿qué técnicas utilizaste para guiarte con el mapa?


- utilicé los conocimientos que adquirí en alejandría sobre las estrellas, señor.


- te das cuenta entonces de cuánto es importante lo que aprendas por el camino. te das cuenta, joven, de que lo realmente importante en tu viaje no es en sí llegar a ítaca, sino el camino, lo que aprendas en él, porque eso te llevará a buen puerto, te llevará a ítaca.

si con eso que aprendiste no has podido llegar, es porque entonces te falta mucho por aprender, mucho camino por recorrer. debes procurar que tu camino sea largo, como te dijo tu amigo, pero, por largo que sea, nunca pierdas de vista cuál es tu destino: ítaca.


- pero entonces, ítaca sí que existe. dijiste que si no la había encontrado era un poco por cada uno de los tres errores que yo barajaba.


- chico, eres aún bastante joven. con el tiempo aprenderás que nunca podrás encontrar ítaca en el mar, si no la encuentras primero en tu corazón. de igual modo que te dijeron que nunca me encontrarías a mí si no era tu alma la que me invocaba ante tí, ítaca nunca existirá si no existe primero en tu interior.


- pero mi espíritu es débil, señor, no es capaz de materializar islas en medio del mar.


- si fueras débil no habrías sido capaz de llegar hasta aquí. la debilidad no es una excusa. es sólo cuestión de tiempo, y de que tu camino sea largo.


- y, si el camino es tan largo, ¿cómo puedo estar seguro de que nunca olvidaré mi objetivo?


- ¿no te has preguntado para qué sirven la rosa y el compás? pues precisamente para eso: las espinas de la rosa, el dolor que te causan en la mano, hará que nunca te olvides de que debes llegar a ítaca. el compás deberías poder utilizarlo para trazar tu recorrido en el mapa, pero, además, con sus puntas podrás extraer las espinas que se te queden calvadas. da igual que esté oxidado, o que la rosa esté marchita. te seguirán valiendo.


entonces, el magnánimo ser me devolvió también el libro de poemas, la harmónica y el pincel y dijo:


- toma. nunca vuelvas a desechar nada de lo que tomes por el camino. seguramente algún día te servirá para algo. tal vez para encantar a alguna sirena, o para amansar a un cíclope.

por último, te pediré que no le cuentes a nadie que he sido benévolo contigo. diles que soy despiadado, colérico y feroz. si no, me buscarían a mí en lugar de buscar ítaca.


y se volvió a sumergir en las aguas, como si nada de aquello hubiese ocurrido nunca.


inspirado en el poema ítaca, de konstantinos kaváfis.

2 nihil obstats:

Isthar Art dijo...

Se que puedes conseguirlo mi amor. Llega a Ítaca. Yo soy como esa rosa, a veces marchita, pero llena de espinas que te intenta enseñar cada día tu objetivo y sobre todo que tengas en cuenta siempre el por qué tu punto de partida. Espero que esta sea una nueva etapa en tu vida, en la que tengas cada día más claros tus objetivos, lo que quieres, lo que buscas, lo que amas y lo que esperas. Que recuerdes tu pasado, para aprender de tus errores, vivas el presente con prudencia pero sin pensar, solo intentando mirar hacia adelante y aprendiendo cada día de ti mismo y de tu pasado. Y sobre todo que te marques tus objetivos en la vida y pienses en su justa medida en un futuro, sin demasiada obstinación, para evitar futuras frustraciones su no consigues tu fin, pero tampoco con desidia ni frialdad, como el que piensa qué ropa podría ponerme mañana para comprar el pan, ya que sino no tendría sentido tus buenos propósitos. Te deseo mucha suerte de corazón, mi rey, y espero poder compartir cada segundo contigo e ir creciedo paso a paso y día tras día juntos. Nunca olvides el por qué de tus acciones y se consecuente con tus decisiones, que no sea alggo pasajero sino un compromiso contigo mismo. Suerte! Te quiero. Lyn!

nihillo dijo...

GRACIAS CIELOOO!!!!!!!!!! gracias por estar siempre a mi lado y gracias por darme un empujoncito cuando me desoriento. no, no eres la rosa, tú nunca me hieres. eres, más bien, la estrella polar. si pierdo el norte, sólo tengo que buscarte.

lo mejor de esto es que no tiene sólo una moraleja, sino muchas. tal vez sería más extenso escribir las moralejas, que la fábula en sí! a saber:

-nunca dejes que nadie te marque el camino. sólo tú erez capaz de dirigir tu vida.

-nunca creas que lo sabes todo. siempre hay algo nuevo que aprender.

-nunca creas que algo nuevo que aprendas te será inútil. todo en esta vida es siempre útil.

-haz las cosas siempre porque deseas hacerlas. no porque sea lo que se espera de tí o porque no sabes qué otra cosa hacer.

-sólo tendrás la fuerza para conseguir algo si estás convencido de que lo deseas. lo primero, es la ilusión.

-hay que evitar los problemas, cuando sean evitables. pero cuando son inevitables, no hay que huir de ellos. hay que afrontarlos, y procurar sacar siempre algo bueno, aprender de ellos.

pd.: ya ha vuelto la conexión. no se había ido de parranda, es que se había soltado un cable de la roseta, jejeje. es lo que tiene hacer las cosas a lo mcgyver-chapuza. pero mira, al menos tengo internet en la cueva, jejeje.



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